viernes, 16 de marzo de 2012

Crónica de una mala noche



10:30.- La loca se encuentra acostada sumergida a media luz, sus pesadillas han regresado y le es imposible dormir en la penumbra. Sueña con fantasmas que quieren comerse sus orejas y ahogar sus gritos de manera telekinésica.
11:00.- La televisión habla sola, se transmite el noticiero con sus malas y aburridas noticias de siempre, la loca escucha de un niño que mató a su perro mientras jugaba a ser sicario en la colonia Altavista.
Ella sólo quiere dormir, pero no puede dejar de observar el techo blanco de su habitación azul. Se acuesta de lado y se toca los brazos, se descubre algunas marcas de acné en su piel.
11:24.- Su cabeza duele, esta rota, desde mucho tiempo antes de que naciera. No esta cuerda, nunca lo ha estado. Lo odia todo, empezando por él. Ese que la besó y la dejo plantada amándolo en silencio. Se odia a sí misma, por ser tan anormal, por ser tan incomprendida y tan desequilibrada. Frágil.
Odia el transporte público, la ropa interior ajustada y los cepillos rojos con los que debe peinarse todos los días.
Odia tener que llegar a casa siempre, odia los mismos caminos que conducen a los mismos lugares.
11:38.- Su madre llega y la abraza por la espalda, le dice que todo estará bien. Pero mamá cordura no sabe de locuras.
–¿Crees que somos muy diferentes? –pregunta la loca
–Creo que eres muy negativa, tienes todo para ser feliz y no lo eres –responde la señora.
Pero no es verdad. La loca no tiene nada de lo que desea. No tiene la libertad de andar descalza por el mundo, tampoco puede andar desnuda e incluso se avergüenza de su propio cuerpo.
No tiene el premio Nóbel de literatura ni tampoco tiene el traje de superhéroe rosa que tanto deseó cuando niña.   
La loca no tiene amores agradables, no tiene sonrisas que ofrecer a los pobres de la calle. No tiene agallas para suicidarse, no tiene fuerzas para vivir.
Batalla para levantar los pies al caminar y para despertar con los rayos del sol por la mañana.
No tiene hambre, ni frío, ni sed. No tiene llaves para llegar a su casa en la madrugada. No tiene la libertad de abrazar a su propio perro por que la llena de pelos y estos son asquerosos para las demás personas.
1:48.- Ahora mismo quiere un cigarro, pero no puede prenderlo dentro de su cuarto. Un recinto que debería ser sagrado e impenetrable, como su mente, pero que ni siquiera puerta tiene y cualquier persona puede entrar a juzgarla de negativa.
2:00.- La loca espera la muerte, cruza los brazos sobre su pecho y se acuesta boca arriba, su abuela decía que siempre que alguien dormía en esa posición, se invocaba a los espíritus del inframundo.
–No duermas así, llamas a la muerte
Y la loca –entonces inocente –se inclinaba a un costado.
Pero ahora, no podía contener sus enormes ganas de morir y desafiando este consejo se acuesta justo de esta forma.
–¡Ven por mi! ¡Llévame contigo! ¡No quiero vivir!
Susurra la loca.
Pero la muerte no llega. Se ríe la culera y aplaude el episodio como si fuera la mejor de la comedias.
2:29.-Desesperada, se levanta, toma un lápiz y le escribe poemas en las paredes. Comienza a bailar con saltos.
Quiebra el televisor de una patada y abre la ventana para tomar aliento, entonces comienza a sonreír.
Sólo para entretenerse, canta tan fuerte que se despiertan los vecinos. Su perro aúlla de alegría a una luna redonda y llena, entonces la loca se hinca de piernas y de brazos a aullar junto con él.
Aúlla con el alma libre de albedrío, con la risa maquiavélica en el orgasmo de la libertad.
2:46.- Corre al baño, toma unas tijeras y corta su cabello negro. Cada mechón, un aullido más, un nuevo grito de placer.
Todo a su alrededor se disuelve, las cadenas de obediencia ciega, el uniforme de amor incondicional y el bozal para no decir imprudencias. Sola, feliz y loca, mundanamente desquiciada. Sin familia, sin pasado, sin daños a terceros que lamentar.
3:23.- La loca recoge su cabello del suelo, lo forja en un papel amarillento y empieza a fumárselo.
3:53.- Entonces sucede, llega la muerte con su traje negro y sucio a llevarse a La loca de una fiesta que no quiere irse.
La loca grita y siente como la piel se le desprende del cuerpo en una explosión que sucede dentro de ella. En un segundo aprecia el movimiento de su carne roja salpicándolo todo. Sus ojos casi caen al suelo fuera de sus cuencas…
4:59.- Entonces yo logro despertar, mojada de sudor y sofocada por las cobijas, un minuto antes de que suene el despertador.

  


2 comentarios:

  1. Si escribieras un libro serías mi autora favorita. Me encanta.

    I.A.

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  2. Si escribiera un libro (Que de hecho planeo hacerlo), tu formarías parte de uno de los personajes :)

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