No me
mires con los ojos entrecerrados.
Soy
real, no soy un sueño.
Si lo
fuera, entonces sería una pesadilla, la peor que has tenido.
No
soy tan bonita como para dejarte con la boca abierta, pero me gusta que la
abras, me gusta meterte la lengua.
Mi
placer es seducirte y hacer que caigas en los abismos que quieres caer, también en los que estas
evitando.
No me
ignores, aquí estoy, agarrándote del pantalón, forcejeando con tu embriaguez, ¡Bésame!
Bésame
así, como no lo haces en público, como no me has besado antes.
Muérdeme
la boca, tócame donde nadie puede, así por encima de la ropa, como si fuera
prohibido, ¡Mmmm! así.
¡Sigue!,
¡No te detengas mi adorado demonio!
Arráncame quejidos involuntarios
–¡Ah!…
¿Me
escuchas? Lo estoy disfrutando
Siéntame
en tus piernas, soy tu muñeca, juega conmigo.
No me
quites las manos de tu entrepierna, me gusta dejarlas ahí. Déjalas explorar a las
traviesas.
–No hagas eso, después no me vas a aguatar.
¿Bromeas?,
si eso es lo que quiero.
Vamos,
inténtalo, acaríciame con las uñas, jálame el cabello, hazme estallar en gemidos
–¿Hacer que?
Me
gusta meterme tus dedos a la boca, me gusta la cara que pones, me gusta verme
en tus pupilas dilatadas
¡Si
te confesara que poso desnuda para ti frente al espejo!, ¡Que en las noches
sueño con este momento que quiero aproximar!
–¡Ya basta! Mira como me tienes
¿Es
una súplica o una petición formal?, te tengo como yo quiero, debajo de mí. Tu
me tienes como muchos quisieran, pero a mi no se me nota ¡Já!... te tengo, eso
es lo que importa
–¿Cómo?
¿Qué estas
esperando? Pídeme que haga lo que quiero hacerte. Quiero hacerte todo, quiero
que me adores, quiero que grites mi nombre y que al terminar no recuerdes otra
cosa.
–¡Ya!
¡No
quiero! Me gusta demasiado…pero tu indiferencia ha terminado por convencerme.
–¿Por qué?
–Por que no podemos hacer nada ahorita
–¿No quieres ver lo que tengo debajo de la
ropa?
–Si no te quedas a dormir conmigo, no
–No puedo
–Si puedes
–Perdóname
Para
la otra no te me escapas…
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