sábado, 24 de agosto de 2013

Insomnio

Estoy demasiado triste para creerte esta noche.
Demasiado triste para dormir, o para despertar; para tomar mí libro y leer, para revisar mis propios poemas o los de alguien más.
Es cómo si quisiera que la vida se suspendiera.
Estoy demasiado sola como para querer que alguien perturbe el silencio, y quisiera poder tener una plática decente, justo ahora, pero no puedo.
Me siento demasiado muerta para levantarme y tomar algo que calme mi sed, y aunque podría estar escribiendo alguno de mis sueños, mejor intento explicarte porque no hago lo que debería, aunque ni enterado estés.
Estoy demasiado enferma como para salir corriendo y gritarte que te quiero; y aunque mataría por hacerlo, te juro que no me quedan fuerzas para buscar una respuesta tuya ante esa declaración.
¿Sabes que haré antes de cerrar los ojos?
Rogaré a un ser invisible que te susurre mi nombre al oído, que te aleje de mí si pretendes hacerme daño, o que te acerque lo antes que pueda sí es que acaso eres tu quien puede hacerme sentir un poco más viva que de costumbre; si es que acaso me puedes querer tú a mí, un poquito más que yo a ti.

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